jueves, 23 de julio de 2009

Sobre Trabajo asalariado y capital de Karl Marx

Escrito en 1849, el documento es el resultado de la sistematización de las ideas de las conferencias que Marx dictó en 1847. El método de exposición de Marx permite que este comience en el ámbito de la circulación, es decir, con los movimientos aparentes en el mercado de trabajo. Sin embargo, de lo que se trata es de establecer la relación económica entre el trabajo asalariado y el capital. La primera idea que resulta del mismo título radica en que el capital presupone el trabajo asalariado, y este, el capital. Ambos se condicionan y se engendran recíprocamente.

El salario como valor de reproducción de la fuerza de trabajo. Marx establece una diferenciación entre trabajo y fuerza de trabajo que no posee la economía liberal. Mientras la fuerza de trabajo se muestra como la capacidad del obrero para trabajar, el trabajo es el ejercicio de estas facultades, la actividad creadora del ser humano.

Si la fuerza de trabajo es una mercancía, se asume que por su uso se paga un precio (cosa que sucede únicamente en el capitalismo); asimismo puede establecerse que el salario es el precio de la fuerza de trabajo, la expresión monetaria de su valor de cambio.

El valor de cambio del trabajo establece la relación entre las horas de trabajo y las mercancías que el obrero necesita para vivir. El salario es esto mismo, pero expresado en dinero. El salario es, desde el punto de vista del capitalista, un costo. El empresario compra las mercancías que utiliza como medios de producción, entre estas, la fuerza de trabajo. El obrero la vende como medio de vida.

El valor de uso de la fuerza de trabajo viene dado por su consumo productivo, a partir del tiempo de trabajo del obrero que es apropiado por el capitalista y puesto a su disposición para generar valor. En el proceso productivo, el trabajo vivo del asalariado sirve como medio para conservar y aumentar su valor de cambio (Marx, 1849). Esto se realiza a través de la incorporación de trabajo no pagado, trabajo generador de un tipo de valor: plusvalor.

La plusvalía es la expresión monetaria de este trabajo impago. Más tarde, en el Libro I de El Capital, Marx enuncia:

El capital, por tanto, no es sólo la posibilidad de disponer de trabajo, como dice Adam Smith. Es, en esencia, la posibilidad de disponer de trabajo impago. Todo plusvalor, cualquiera que sea la figura particular ganancia, interés, renta, etc. en que posteriormente cristalice, es con arreglo a su sustancia la concreción material de tiempo de trabajo impago. El misterio de la autovalorización del capital se resuelve en el hecho de que éste puede disponer de una cantidad determinada de trabajo ajeno impago (Marx,1868).

Es el salario, entonces, la remuneración a la fuerza de trabajo, mientras que la plusvalía es el valor creado por este trabajo no pagado, que es apropiado por el capitalista. Ahora bien, si el salario está determinado por su coste de producción, lo importante es que el asalariado tenga una cantidad de dinero que le permita comprar las mercancías mínimamente necesarias para su supervivencia y para que este regrese a su lugar de trabajo al día siguiente. Es decir, lo que se busca es la minimización de costos por parte de los empresarios.

El salario como valor total del trabajo y productividad.

Lo anterior riñe con la concepción de la economía liberal de considerar el salario como remuneración justa a uno de los factores, el trabajo; no se toma en cuenta la extracción de plusvalor ya que no se integra al análisis la categoría fuerza de trabajo.

Marx acota que el capital subordina al trabajo y ordena la forma en que este lo revalúa y acrecienta. El obrero está interesado en que se incremente el capital, en el sentido de que esta relación es la única manera de subsistir, puesto que no posee medios de producción para hacerlos valorizar a través del proceso productivo. Además necesita hacer atractivas sus horas de trabajo en relación a las que pudieran ofrecer los otros obreros, y por lo tanto, coincide en querer hacer crecer la magnitud de la riqueza del capitalista.

Sin embargo, la productividad que va ganando con el tiempo, la educación, el aprendizaje del obrero en su relación con la sofisticación tecnológica del proceso productivo; solamente conduce a la disminución de su salario relativo, a su desventaja en relación a los propietarios del capital. En este sentido, el análisis ilusorio de que al incrementar la riqueza del empresario, el obrero sería beneficiado de la misma manera con incrementos en su bienestar, no se da y si se da, el incremento no equivalente a las mejoras en la calidad de vida hasta suntuaria de los propietarios.

Esto puede ser visible cuando se estudia en un periodo largo de tiempo, en las matrices insumo producto de los países, los indicadores de remuneración a los trabajadores y excedente bruto de explotación. Ambas categorías son componentes de una sola riqueza generada, por tanto, al incrementar una cuenta, disminuye en otra. De igual forma esta relación puede verse dentro de la misma ecuación de beneficios capitalista, el cual mantiene relación inversa con los costos, para este caso, los laborales.

Además al crecer el capital productivo, se incrementa la competencia dentro de la industria, disminuyen los precios y esto hace necesaria la disminución en los costos de producción. Muchas veces esta necesidad se satisface mediante la división del trabajo y el uso mayor de maquinaria, con lo cual se hace más productivo el trabajo. Esto quiere decir que el trabajo vivo, actúa de una manera más eficiente sobre el trabajo muerto, valorizándolo.

Una mayor división del trabajo permite a un obrero realizar el trabajo de cinco, diez o veinte; aumenta, por tanto, la competencia entre los obreros en cinco, diez o veinte veces (…) Además, en la medida en que aumenta la división del trabajo, este se simplifica. La pericia especial del obrero no sirve ya de nada. Se le convierte en una fuerza productiva simple y monótona (…) cuanto más sencillo y más fácil de aprender es un trabajo, cuanto menor coste de producción supone el asimilárselo, más disminuye el salario (Marx, 1849).


Valor de la fuerza de trabajo, salario y fluctuaciones

El valor de la fuerza de trabajo es, como se ha dicho, el valor de los bienes y servicios necesarios para la subsistencia del obrero (y su familia, según Marx). El salario, que es el precio de esta mercancía, está sujeto a la influencia de la oferta y la demanda. Como sabemos, en mercados competitivos, ante una oferta insuficiente para abastecer la demanda, se incrementan los precios de las mercancías. De la misma forma, al reducirse la demanda y crecer la oferta, los precios se ven disminuidos por la competencia que implica enfrentar las mercancías ante la posibilidad de su realización. Dentro de los vendedores y dentro de los compradores, también se da competencia y aventajamiento de unos a los otros. Este mecanismo de fluctuación y constantes desajustes no deja de evidenciarse en el mercado de trabajo.

Lo crucial de la mercancía que analizamos es que esta necesita un mínimo para subsistir, si no el asalariado muere, y eso lo empuja a subordinarse al capitalista. Ahora bien, el salario puede incrementarse nominalmente. Un ejemplo puede ser cuando los gobiernos deciden hacer aumentos al salario mínimo, los cuales no son suficientes para compensar el incremento generalizado de los precios, es decir que estos no son coherentes ni siquiera con las tasas de inflación que presentan las economías. Esta relación implia menos bienes y servicios a disposición de la clase trabajadora para una vida digna.

El caso contrario, que los salarios nominales aumenten mas que los precios, o que los precios disminuyan, crearía condiciones favorables para la clase obrera. Sin embargo, este es nada más un ejercicio de imaginación, puesto que va contra la lógica del sistema.


1 comentario:

  1. Gracias por ayudarme para comprender conceptos básicos para el exámen de Sociología de mañana.

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